LA PESCA DEL SALMÓN EN YEMES
La historia de la Humanidad está jalonado de descubrimientos que en un principio parecían imposibles, hasta que alguien
demostró que no lo eran. Esta original ópera prima, de humor elegante e
incisivo, es una mirada irónica sobre la fragilidad de nuestras convicciones,
el poder estimulante de la fe y el absurdo de un sistema político basado en el
impacto de la imagen.
La anodina carrera
del doctor Alfred Jones transcurre sin sobresaltos en el Centro Nacional para
el Fomento de la Piscicultura, donde ha cimentado su reputación en un trabajo
pionero sobre la reproducción de los moluscos. Sin embargo, todo cambia el día
que su jefe le pide evaluar un extraño proyecto: introducir el salmón en Yemen.
Racional de los pies a la cabeza, Fred no duda un instante en desestimarlo
tajantemente, ignorando que detrás de la peculiar idea está Mohamed ben Zaidi
bani Tihama, un acaudalado jeque empeñado en exportar el purificador arte de la
pesca con mosca a las montañas del norte de Yemen. La situación se complica
cuando el disparatado proyecto capta la atención de un ambicioso asesor del
primer ministro, que descubre una excelente oportunidad para mejorar la imagen
del Reino Unido en Oriente Medio y de paso proyectar su futuro político. De
pronto, los implacables engranajes del poder se ponen en marcha y el doctor
Jones se ve obligado a reconsiderar su dictamen inicial, colaborar con la joven
y atractiva representante del jeque y lanzarse a una aventura con un final
digno de la mejor novela de intriga.
LA CACERÍA
En 1819 la rápida goleta corsaria la Intrépida, gobernada por el
capitán John Blackbourne, inicia una persecución larga e implacable, desde el
litoral de Brasil, contra el capitán Basilio de Brito, al mando del velero
portugués el Espíritu Santo. Dos hombres
unidos por su amor al mar y a la navegación, pero irremediablemente separados
por sus diferentes maneras de sobrevivir. Así comienza esta novela, una
verdadera cacería donde las luchas de los hombres se modifican según las
mutaciones de los vientos, las calmas o las lluvias. La
cacería traslada al lector el aroma de alta
mar, de la pólvora de las cargas, de la hediondez de las bodegas de las naves…
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