La caza con arco


Desde hace algún tiempo esta forma de caza está viviendo un momento dulce y cada vez el número de aficionados es mayor. Son muchos los que buscan esas intensas sensaciones que se tienen cuando uno esta tan cerca de los animales y tan integrado en la naturaleza. Sin embargo, en muchas ocasiones existe un miedo innecesario para dar el paso y volcarse de lleno, o parcialmente en la práctica, de esta modalidad. Durante años la caza con arco ha estado rodeada de un halo de romanticismo y de complejidad que hoy en día puede estar injustificado. Es necesario desmitificarla e intentar acercarla al resto de cazadores. Cazar con arco es una opción más, como cualquier otra, un complemento más a tener en cuenta a la hora de planificar nuestras jornadas cinegéticas. Cualquier nueva actividad requiere de un aprendizaje, dedicación, constancia y mucha paciencia.


Los equipos han evolucionado una barbaridad y en la actualidad los arcos de poleas nos permitirán conseguir una excelente precisión hasta los 30 o 35 metros, con un buen asesoramiento y un poco de práctica. Existen arcos tradicionales, generalmente hechos de madera, que por la forma de trabajar hacen que ponerles un sistema de puntería sea complicado, ya que no podemos mantener el arco abierto para apuntar. Esto hace que la forma de tirar sea instintiva, sin ningún tipo de referencia o elemento de puntería, algo así como cuando tiramos una piedra. Si nos queremos decidir por un arco tradicional de cualquier tipo, el tema cambia, ya que dominarlos es mucho más complicado, exigiendo tiempo y dedicación plena y, de cualquier modo, nuestra distancia efectiva será mucho menor que si nos decantamos por un arco de poleas, aunque las satisfacción será mayor.


Es difícil hablar de una distancia fija real efectiva en la caza con arco y, como en cualquier modalidad, dependerá más del tirador, equipo y lance que de ninguna otra cosa. Un lance bueno con el arco es aquel que ronda los 20 metros, aunque 30 a 35 metros son distancias de caza posibles, dependiendo de la situación. El tema que más conversaciones suscita con cualquier otro cazador es el de los animales heridos. ¡Es necesario acabar con estas viejas y absurdas polémicas! Un arco es capaz de abatir cualquier animal existente y cada año se abaten búfalos, elefantes, osos, jabalíes... Todo depende de la precisión del disparo, como con cualquier arma. La flecha es capaz de atravesar al animal y seguir volando, produciendo unas hemorragias enormes. El porcentaje de animales heridos con arco no es superior al de los animales no cobrados en cualquier otra modalidad e, incluso, inferior si se compara con otras donde los disparos se realizan con rapidez sobre animales a la carrera. Lo importante es ser responsables a la hora de tomar las decisiones.

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